Motivación y evidencia | 1º Timoteo | Día 1

Motivación y evidencia | 1º Timoteo | Día 1

01 MOTIVACIÓN y EVIDENCIA
Lectura: 1ºTimoteo 1:1-7
Por Carlos Samuel Mansilla
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Plan: 20 días con 1º Timoteo.
Un breve tratado sobre la primera epístola de Pablo a Timoteo
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Hay muchos tipos y especies de motivaciones y cuando del evangelio de Nuestro Señor Jesucristo se trata, la motivación es una, y no es negociable, ha sido entregada celestialmente, es perfecta y no se puede discutir porque viene de Dios.

Pero cuando la motivación es otra, o no viene de Dios, la diferencia es muy grande y termina siendo evidente. La palabra de Dios dice en Mateo 7:16 que por sus frutos los conoceréis, hablando de los lobos rapaces y los falsos maestros, es decir que la evidencia da a conocer la motivación errada, la doctrina diferente al evangelio. Porque Por sus frutos es evidente…

Hay tres puntos de que son establecidos que marcan las virtudes de un corazón aferrado al verdadero evangelio:

1- El amor que brota de un corazón puro.
2- El amor que brota de buena conciencia.
3- El amor que brota de una FE no fingida.

Si los frutos provienen de estas 3 virtudes mencionadas entonces el fruto va a ser para edificación, para construcción, para unir y lograr la comunión verdadera.

Si algunos enseñan doctrina diferente solo van a lograr riñas baratas, peleas tontas, destrucción, cosas vanas o sin sentido, palabrerías, etcétera.

Cuando no hay un corazón puro y el hombre fija su mirada en si mismo, en querer ser un sabelotodo, o como dice la palabra, quieren ser doctores en la ley, que los reconozcan, y demás, va a quedar demostrado de sus propia bocas, y por supuesto, de lo que provocan a su alrededor, sus frutos, que tales persona no son verdaderos hijos en la FE. Personas que ni siquiera entienden lo que ellos mismos dicen. Tontos. Porque sus motivaciones no están arraigadas y plantadas en Cristo.

Nuestra motivación está basada la obra de Jesucristo, en este misterio que Pablo revela en (Colosenses 1:27) diciendo que es Cristo en nosotros la esperanza de gloria.









 © Carlos Samuel Mansilla
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