Convivir con la mentira ⎪ Por Carlos Samuel Mansilla

Convivir con la mentira ⎪ Por Carlos Samuel Mansilla

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“Tenemos que saber identificar la mentira” o mejor dicho, “debemos” saber identificar la mentira… esto es algo esencial.


La afirmación “No servís para nada”, es una mentira, sin embargo muchas veces la hemos creído porque no la hemos sabido identificar, no hemos sabido cómo manejarla ni cómo combatirla y mucho menos rechazarla. Y si alguno dice, “a mi nunca me pasó”, ó “nunca me vino ese pensamiento a la mente: ‘Yo no sirvo para nada’, se engaña a si mismo. 

Todos alguna vez, a lo largo de nuestras vidas, desde que nacimos hasta ahora, hemos tenido ese pensamiento y lo hemos creído… y porque lo hemos creído significa que hemos creído una mentira y no supimos como manejarla, identificarla, ni rechazarla.

Creer la mentira es SER ENGAÑADOS. Creer que “la mentira es verdad” es SER ENGAÑADOS. Ese es justamente el problema: “Creer que la mentira es verdad”.

Pero repito: DEBEMOS identificar la mentira, saber como manejarla, combatirla y rechazarla.

El libro de los Salmos 119:163 dice: “No soporto la mentira. ¡La aborrezco! Pero amo tus enseñanzas” (RVC). Y creo que esa es la clave.


Voy a mencionar una breve lista de mentiras:

  • MENTIRA: No servís para nada.
  • MENTIRA: Te vida no tiene sentido.
  • MENTIRA: Una mujer puede ser varón y viceversa.
  • MENTIRA: El aborto esta bien hasta la semana 12 o 14. ¡Mentira! Porque el aborto nunca está bien.
  • MENTIRA: No tiene nada de malo tener relaciones sexuales antes del matrimonio. ¡Mentira! Porque es pecado, tienes que arrepentirte, modificar tu estilo de vida, abstenerte y vivir en castidad.
  • MENTIRA: Jesús fue sólo un profeta, no es el hijo de Dios.
  • MENTIRA: Dios no me ama.
  • MENTIRA: No valgo nada.
  • MENTIRA: No puedo cambiar, yo soy así.
  • MENTIRA: Dios nunca me va a perdonar.


A veces creemos las mentiras de los más cercanos, de quienes nos rodean y de los cuales nunca hubiésemos esperado que quisieran mentirnos o engañarnos. Es difícil identificar la mentira de alguien conocido… mucho menos de alguien que dice ser cristiano. Estas situaciones son las que nos confrontan con una lucha interna: ¿Puede una personas que dice amar al Señor mentir, engañar o querer falsear la Palabra de Dios?

Aquí tenemos que derribar varias mentiras: No importa cuantos años tenga cada uno en el camino del Señor, sino que lo más importante es el filtro de la Palabra de Dios…

Lo único que importa es la verdad, la verdad es la única que nos va a hacer libres y nos va a proteger (1). Las personas siempre se pueden equivocar, y dice la Palabra de Dios maldito el hombre que confía en el hombre, porque quien lo hace aparta su corazón de Dios. Pero bendito el hombre que confía en Dios y pone su confianza solamente en la VERDAD que viene de ÉL (Jeremías 17:5-7). ¡El FILTRO ES LA PALABRA DE DIOS!


¿Puedo creerle al psicólogo, al empleado de la tintorería, al carnicero? La realidad es que establecemos relaciones diarias con las personas que nos rodean, pero debemos estar alertas para no ser engañados con palabras persuasivas de humana sabiduría que no esten conforme a la verdad de Dios. Si alguno habla contra la verdad de los santos evangelios, debo identificarlo, ignorarlo, rechazarlo, y no contaminarme con asentir y acompañar una mentira. 

Debo contrarrestar todo lo que se contrapone a los mandamientos de Dios y se opone a mi identidad en Cristo Jesús. Diez personas que nos digan inútil no confirman nuestra inutilidad, porque en Cristo Jesús nuestra vida es necesaria y tiene propósitos de bendición.

Debo Identificar la mentira, rechazarla y evitar el engaño. Debo advertir las cosas que están en contra de lo que está escrito en la Biblia y se opone a la verdad en Jesucristo.


El caso de Eva y Adan es uno de los primeros casos en la historia de la humanidad de personas que se rindieron ante la mentira. Ellos fueron incapaces de manejar la mentira, no pudieron identificarla.

La serpiente le dijo a la mujer en génesis 3:4: ¡NO MORIRÁN! (Génesis 3:5)

Dios dijo MORIRÁN, pero la serpiente dijo NO, contradiciendo a Dios y tratándolo de mentiroso. Satanás, la serpiente antigua (2), se opuso a la Palabra dicha por Dios mismo. De esta manera, las dos primeras personas que habitaron en esta tierra fueron influenciadas por la mentira y no la pudieron manejar ni supieron identificarla, mucho menos combatirla y rechazarla.


Tenemos que identificar la mentira

Tenemos que saber que la mentira está actuando constantemente y sin descansar, es parte de este mundo y está en la boca de las personas. Todos CONVIVIMOS con la mentira y el engaño, caminamos al lado de ella, pero tenemos que conocerla para poder identificarla. Aunque esté al lado nuestro tenemos que saber que se trata de la mentira. Está a nuestro alrededor, pero la conocemos y no le vamos a creer aunque convivamos con ella en esta sociedad. Su existencia no nos intimida, no puede influir en nosotros y no tiene dominio sobre nuestra vidas.

¡Dile a la mentira!: “Tu existencia no me intimida, no puedes influir en mí y no tienes dominio en mi ser”. 


Primero: La mentira está, existe y actúa sin descansar. Esto parece una obviedad pera tenemos que saber que convivimos en un mundo donde la mentira es parte de nuestro diario andar y está actuando incansablemente. Tenemos que entender que la mentira trabaja en medio nuestro. Esto es necesario confirmarlo para entender que en cualquier momento puede actuar. Debemos estar alertas.


Segundo: Es imposible que la mentira exista fuera del ser humano, sólo existe porque existe el ser humano, Porque el ser humano habla, se expresa, existe, respira, tiene mente y piel, la mentira se esparce. Si convivimos con seres humanos diariamente, convivimos con la mentira. La mentira no está en los objetos, sino en los sujetos. En Marcos 7:20-23 Jesús dice: “lo que del hombre sale, eso contamina al hombre. Porque de dentro, del corazón de los hombres, sale el engaño. Esto de adentro sale y contamina al hombre”.


Tercero: Por consecuencia de lo anterior, porque yo soy ser humano, la mentira también actúa en mí. La mentira actúa en nosotros. Tenemos que incluirnos dentro de las personas mentirosas y entender que sostenemos una lucha contra el mal que habita en este cuerpo de pecado hasta que seamos glorificados. Tú y yo debemos luchar también contra nosotros mismos, contra nuestras mentes.


Dicho esto, quiero afirmar nuevamente que “todos convivimos con la mentira”, cohabitamos con ella diariamente y lo peor de todo es que el mayor porcentaje, o la mayoría de las personas, son incapaces de manejarla, identificarla, combatirla y rechazarla.


Para los que aman a Dios y su Palabra, les quiero decir que tenemos varios mandamientos en la Biblia que hablan al respecto… (Salmos 120 es sólo de la lengua mentirosa)


1 Pedro 3:10-11: 10 Porque: El que quiere amar la vida Y ver días buenos, Refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño; 11 Apártese del mal, y haga el bien; Busque la paz, y sígala.

Salmo 34:13: Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño.

Colosenses 3:9-10: 9 No se mientan unos a los otros, despójense del viejo hombre con sus hechos. 10 y compórtense como Jesucristo


Cada uno de estos versículos bíblicos fueron escritos para su propio pueblo, para nosotros. Tenemos que entender que una de las cosas que abomina el Señor es la lengua mentirosa (3).

Estos mandamientos fueron escritos para los cristianos, para que seamos prudentes y evitemos la mentira. Al resto de la humanidad no le importa la Palabra de Dios, ellos no tienen el deber de refrenar la lengua, sino que dan rienda suelta al deseo pervertido de sus mentes y maquinan todo el tiempo perversidades. Es en este contexto que luchamos en un territorio hostil.


El padre de la mentira es el diablo. Nosotros no somos hijos de la mentira, sino que somos hijos de LUZ. Por lo cual debemos asumir esta verdad: En Dios estamos cubiertos completamente contra satanás, “el padre de la mentira”.

Satanás engaño a Eva y a Adán, y ellos no creyeron en las Palabras de Dios. Nosotros debemos justamente hacer la contrario, CREER en la PALABRA de DIOS.

Jesús, en un fragmento de la Biblia, les habló a aquellos que no amaban su PALABRA y les dijo: “…mi palabra no halla cabida en ustedes” (Juan 8:37) y por esto les dijo: “Ustedes son del diablo, y él es su padre, y los deseos de su padre ustedes quieren hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de él mismo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira” (Juan 8:44).

Es decir, si no le das ni cabida a la Palabra de Dios, tu padre es el diablo, y obviamente la mentira va a habitar dentro tuyo.


Tenemos que evitar creer en las mentiras del diablo, tenemos que identificar los engaños de ese infeliz, y participar de la verdad de Cristo para una vida feliz y eterna.

Los resentimientos, la antipatía, la apatía, la falta de afirmación, la falta de identidad, la melancolía, la depresión, la soledad, la locura, muchas de estas cosas pueden comenzar entre otras cosas, con creer en que la mentira es verdad, con creer en las mentiras contra mi vida, por no saber identificar, resistir y contrarrestar las mentiras que todo el tiempo circulan a nuestro alrededor.

Todo lo que esté de acuerdo con la Palabra de Dios esta bien, y si va contra la verdad del evangelio está mal…

Necesitamos la verdad en nosotros, que sea parte de nosotros, que cuando venga la mentira podamos identificarla y evitar ser engañados. Identificar la mentira, confrontarla con la verdad y rechazarla con todas nuestras fuerzas.


Finalmente: El evangelio de Dios es la verdad. Dijo Jesús: “Si permanecés en mi palabra, conocerás la verdad, y la verdad te hará libre” (Juan 8:31-32)” Necesitás la LIBERTAD de DIOS. LIBERTAD, LIBERTAD.

Y PROTECCIÓN. Dice el libro de los Salmos 91:4: “Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad”. Es decir, la VERDAD es escudo y PROTECCIÓN, que te ubica bajo la cobertura de las alas de Dios, y te da SEGURIDAD.

La VERDAD es LIBERTAD, PROTECCIÓN y SEGURIDAD. Convivimos con la mentira y el engaño, claro que sí, pero tenemos el evangelio de Jesucristo que es LA VERDAD, la cual nos capacita para identificar la mentira y rechazarla. En medio de una generación mala y perversa tenemos LIBERTAD, PROTECCIÓN y SEGURIDAD.



(1) Juan 8:31-32
(2) Apocalipsis 12:9
(3) Proverbios 6:16-17